Praga, una ciudad sorpresiva 🍻

Sabíamos que Praga iba a ser una experiencia diferente, pero no tan sorprendente.

En principio, cuando viajamos a Londres y a Paris, al ser ciudades que yo ya conocía, más o menos me ubicaba y sabía qué esperar. A Paris fui una sola vez, pero alcanzó para recordar que era muy parecida a Buenos Aires, pero no en el buen sentido 🤣 En realidad, se parece a Buenos Aires, más allá de la arquitectura, porque hay mucha gente, muchas personas son muy maleducadas o de mal humor, y hay mucho ruido. El departamento en el que estábamos era un upgrade enorme al de Londres, pero seguía siendo chico a lo que estamos acostumbrados, y no te olvides que ambos seguimos trabajando en horario argentina.

A Paris fui una sola vez, pero alcanzó para recordar que era muy parecida a Buenos Aires, pero no en el buen sentido.

Con Praga, si bien teníamos expectativas claras, no sabíamos qué nos íbamos a encontrar. Solo sabíamos una cosa: es una ciudad chica y no hay mucho para hacer.

Con esa promesa, nos subimos al vuelo con destino a la capital de República Checa.

Qué fue lo primero que me di cuenta? Que no entendíamos NADA en checo 😂 Yo trabajo en inglés asi que es como mi segunda lengua y me sale natural, y francés algo entiendo y se deduce porque se parece al español pero el checo no se entiende ni ahi! Te dejo acá una lista de algunas cosas que aprendí en estos días en la ciudad.

 

1 - La gente es super amable

Si hay algo que me sorprendió, especialmente después de algunos encuentros con gente medio ortiva en Paris, es lo amables que son acá. Dos veces fuimos al supermercado, en una zona céntrica pero no turística, y los empleados no hablan inglés. Sin embargo, con toda la paciencia del mundo, y con mucha amabilidad, lograron hacerse entender. La primera le quise preguntar a la chica que estaba para ayudar en el auto-checkout si las bolsas tenían costo, pero ella no hablaba inglés, y en otro lugar quizás me habrían ignorado o tratado mal. Sin embargo, haciéndole señas, me mostró el código de barras y me lo escaneó, y simplemente con ese movimiento yo entendí que había que pagarlas. Le agradecí en inglés como pude, y ella, sonriendo, siguió en su mundo. La segunda vez había un item que no se había escaneado, pero como del lado donde pones los items ya escaneados tiene una balanza, la pantalla tiró un error, y vino a intentar explicarnos eso.

Es shockeante que aunque no nos entendamos mutuamente, lo den todo para que entiendas qué te están diciendo. Te hacen sentir cómoda en una ciudad diferente.

 

2 - La ciudad es rara, pero segura

Tiene una estructura rara, donde hay muchos callejones y lugares que uno no se metería si estuvieran en Buenos Aires. Hace unos días nos pasamos 1 cuadras del lugar al que íbamos a cenar y era como un callejón sin luz y sin gente. En ningún momento sentimos que algo nos iba a pasar, sino que seguimos caminando tranquilamente.

Hay gente loca como en cualquier gran ciudad, pero como en otras ciudades, están en su mundo y no se acercan. Me da pena pensar esto, pero realmente a veces las personas que viven en la calle se vuelven agresivas, y te hacen sentir insegura.

 

Hasta la Cabeza rotatoria de Kafka es silenciosa!

3 - Es una ciudad sumamente silenciosa

No hay una cantidad enorme de gente, nosotros estamos bastante cerca del centro y la parte más llena es la zona del Puente de Carlos, pero es más turistas que locales. Nos quedamos a un par de cuadras del centro y no se escucha nada realmente. No hay bocinazos, lo cual es un bello cambio de ritmo. La gente no habla muy fuerte, salvo el borrachin a la noche que pega un grito 😂 pero en general no hay mucho ruido. David y yo somos personas que disfrutamos mucho el silencio, pero vivimos sobre una avenida en Buenos Aires y a veces trabajar con los bocinazos y los gritos puteandose cansa. Acá puedo tener reuniones sin pensar o preocuparme por los gritos de afuera.

 

4 - Es bastante más barata en comparación con Paris y Londres

Seguramente sea que empezamos 2 de las ciudades más caras del mundo, pero nos sorprendió mucho el hecho de que los costos son mucho menores que en esas ciudades. Especialmente en el supermercado, nos shockeo salir con 2 bolsas grandes llenas y cosas en las manos, y haber pagado lo mismo que en Paris comprando menos de la mitad de cosas.

No solo el supermercado, sino que las entradas a los museos, los recuerdos en los locales turísticos. Y con total honestidad, el museo que fuimos era más barato que entrar en el Louvre y era infinitamente mejor.

 

5 - Es chica y se recorre en pocos días

Si no tenes tiempo como nosotros, con quedarte 2 o 3 días es realmente suficiente para conocer las partes más turísticas. Todo está relativamente cerca, y se recorre a pie sin problema. El transporte es fácil de acceder, y tenés tranvías que te llevan a todos lados. Dato importante a saber: el castillo está en una colina, asi que hay que subir bastante para llegar. Se sube por una escalera un tanto larga, pero te permite apreciar una vista panorámica de Praga.

Recordá que estas ciudades están rodeadas de montañas, cerros y colinas, y hay muchas partes que son en desnivel. Me hubiese encantado saber eso antes de ir al castillo, odié la subida porque no la esperaba 😂




 

Nosotros tenemos la buena fortuna de quedarnos dos semanas y tomarnos las cosas con calma, y por el momento es una de las ciudades que más me han gustado en general.

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